Abocados al fracaso

La crónica de este partido no la puedo contar íntegra porque me fui al término de la primera parte ya que tenía la cena de mi empresa. Pero por el resultado me puedo imaginar lo que pasó.

El prepartido estuvo muy animado. Clara (no pongo iniciales para que sepáis que es una chica) dijo que les íbamos a ganar porque: “no usaban la mano izquierda ni para meter mano a sus novias”. Nosotros sin embargo somos ambidiestros en esos temas, tal vez sea por esa capacidad nuestra que llegamos sexualmente agotados a los partidos y no rendimos. El otro equipo estaba fresco en la cancha, pero sus novias están insatisfechas, mientras que nuestras señoras tienen una sonrisa de oreja a oreja que les dura todo el día.

Estáis en lo cierto, el que no se consuela es porque no quiere.... la realidad es que volvimos a perder, triste pero cierto (Sad but True que diría Metallica). El partido estuvo muy igualado al principio, a pesar de que ellos tenía a un calvo alto y saltarín y a otro que tenía pinta de comer carne cruda, nosotros nos mantuvimos fuertes en defensa y algo menos acertados que ellos en ataque, de ahí que nos fuéramos al descanso perdiendo de 7 puntos (11 – 18). Pero contentos porque les estábamos jugando de tú a tú y con la esperanza de poder remontar en el segundo tiempo.

Me duché los más rápido que pude (pero lavándome bien), cogí el coche y salí de la universidad a toda leche (por lo menos iba a 80km/h). Por la M-50 se llega a Las Rozas bastante rápido, pero claro, una vez allí no sabía donde estaba la estación. Pregunté a un paisano que estaba tirando la basura... “Disculpe, la estación?” “Si, claro jóven, primera rotonda a la izquierda, luego a la derecha, todo recto y después de una cuesta la ves....” “Ah, muchas gracias buen hombre, buenas noches”. Cuando llegué a La Vaca Argentina ya habían empezado a cenar, me habían dejado un sitio al lado de 5 chicos mexicanos que trabajan en la empresa y que yo no conocía. La conversación estuvo animada, por lo visto es cierto que comen picante en todas las comidas y que México D.F. es una ciudad muy peligrosa, en España están encantados.

Levanté el tenedor, una patata se desprendió y cayó sobre mi plato estrepitosamente... mal augurio, supe que algo no iba bien. Al rato me llegó un mensaje de CRA, hemos perdido 27-48.... como? pero si cuando me fui íbamos 11-18! como nos han podido meter 30 puntos en la segunda parte!. Me sentó mal el solomillo, no digo más. De esto podemos sacar varias conclusiones, pero me quedo con una: Somos penosos.

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